MOVIMIENTO DEMOCRATICO DEL MAGISTERIO ZACATECANO (MDMZ) Parte 7 de 11
Por Genaro Riiz Flores Duenas.
” DE NOCHISTLAN, ZACATECAS A LOS ANGELES, CALIFORNIA” Cronica de una familia transnacional de tres generaciones.
https://youtube.com/@maciasmatematicas
…………ofrecieron 17 cargos en el Comité Ejecutivo Seccional, según se había acordado,
acorde al peso específico de cada demarcación.
Para dar una respuesta al CEN del SNTE, realizamos una asamblea general en el
Auditorio “Magdaleno Varela Luján” de la Escuela de Derecho de la UAZ, donde se
discutió a qué regiones se asignarían los espacios, en caso de aceptar el
ofrecimiento. Como la respuesta fue afirmativa, se asignarían los lugares a las
regiones dentro del Comité de acuerdo con su peso específico.
Nos encontrábamos enfrascados en este proceso cuando afloró una situación que
habría de restar fuerza y contundencia al Movimiento. Esto es, la intransigencia, la
falta de voluntad política de algunos compañeros radicales, amigos de la anarquía
y proclives a la práctica divisionista, que comenzaron a hacer labor de rechazo a
algunas posibles candidaturas (entre ellas las de la región sureste) para algún
nombramiento antes de que éstos se asignaran. Es decir, exhibiendo una
lamentable ignorancia de que democracia implica pluralidad y tolerancia. Para ellos
también funcionaba aquello de que “El que no está conmigo, está contra mí” o
“Quien no es de mi simpatía no debe serlo de nadie”; a la manera de aquéllos con
quienes estábamos en controversia.
Oportunamente percibí las maniobras que sin mucho disimulo se estaban
realizando para lograr que fuéramos excluidos del magro “botín”, por lo que (otra
vez, hablo en primera persona), cuando mi nombre formó parte de la dupla que
representaría a nuestra región, manifesté que por ningún motivo me incorporaría al
Comité Ejecutivo Seccional, pues nunca tuve el propósito de hacer carrera en la
política sindical. Pero los compañeros del sureste no aceptaron mis argumentos…
y, pese a todo, fui incluido.
Fue así, pues, que se asignaron los 17 espacios para los siguientes profesores:
1. Francisco Gervasio Gómez Puc, Secretario de Organización V. Región
Sureste
2. Isaac Pineda Bahena, Secretario de Organización VI. Ojocaliente
3. Armando Cruz Palomino, Secretario de Organización VII. Región Centro
4. Víctor Manuel Fernández Andrade, Secretario de Organización VIII.
Sombrerete
5. Patricio Vázquez Loera, Secretario de la Vivienda. Región Jalpa-Juchipila
6. Juan Torres Gómez, Secretario de Conciliación Sindical II. Región Centro
7. Rumaldo Ortiz Herrera, Secretario de Relaciones II. Fresnillo
8. Juan Enríquez Escobedo, Secretario de Promociones Económicas. Jerez
9. Hortencia Hernández Ríos, Secretaria de Fomento Cultural. Río Grande
10. Genaro Ruiz Flores Dueñas, Secretario de Estadística y Planeación. Región
Sureste
11. Juan Manuel Bonilla Soto, Secretario de Propaganda e Información. Fresnillo
12. Heraclio Blanco Sánchez, Secretario de Informática y Programación.
Valparaíso
13. Elidia de la Torre Vargas, Comisión de Mejoramiento Profesional. Jerez
14. Marcos Martínez Ortiz, Supervisor de Servicios Médicos ISSSTE. Gral.
Pánfilo Natera
15. Samuel Correa Carrillo, Comisión de Antecedentes Profesionales. Jerez
16. Julián Macías Durán, Comisión de Fomento Artístico. Nochistlán
17. Armando Tachiquín Torres, también de Nochistlán, sólo que a él no se le
asignó comisión, porque solicitó declinarla por tener que ausentarse, siendo
substituido por Rafael Aguayo Saldívar, del mismo municipio, que tampoco
se incorporó de manera formal en cargo o comisión específicos.
Puede apreciarse, a primera vista, que algunas secretarías y comisiones fueron
creadas sólo por salir del paso porque, con excepción de los pocos casos en que
hubieron de participar los cuatro compañeros a los que se les asignaron Secretarías
de Organización, en los demás cargos, habiendo o no voluntad de parte nuestra por
respetar el compromiso, por incómodo que el cargo fuera, nunca se nos asignó
132
espacio físico en las instalaciones del edificio nuevo de la Sección —al que
jocosamente llamamos “El Bunker”— que por haber sido desalojados de “El
Caballito” ocupaban los “institucionales”, por lo que, siendo ya parte del C.E.S. de
la Sección 34, continuamos ocupando el edificio antiguo como casa habitación,
inclusive.
La fricción entre “institucionales” y “democráticos” siguió. Es cierto que el Secretario
General convocó a reunión del Comité Ejecutivo en pleno. Es cierto que
aparentemente y de acuerdo con sus propósitos, íbamos a trabajar
mancomunadamente. Es cierto que, conforme con sus instrucciones, elaboramos
nuestros respectivos planes de trabajo… Pero también es cierto que nunca hubo la
discusión de objetivos, actividades o metas correspondientes; y mucho menos se
definió el rubro de recursos, porque jamás tuvimos el apoyo material indispensable,
ya no digamos de carácter económico. Y ni qué decir de que, ante tal egoísmo y
hermetismo, pudiéramos realizar alguna labor de gestoría.
Debo resaltar, sin embargo, que varios de “los 17” hicieron poco caso de “la cartera”
que ocupaban. Además de que carecíamos del nombramiento respectivo,
posiblemente entendían que la comisión sindical era, más que ajustarse a la norma
estatutaria, disponer de tiempo para realizar tareas de “concientización política”.
Asimismo, fue frecuente la labor de apoyo a movimientos de maestros democráticos
de otras regiones del país por medio de paros laborales, sin amedrentarse de los
ajustes que con vara en mano hacía la parte oficial mediante los respectivos
descuentos, sin que la Sección levantara un dedo en su defensa.
Así, en un “estira y afloja” invariable, nos mantuvimos simulando una simbiosis
imposible. Aparentemente se nos comisionaba para presidir asambleas
delegacionales de manera mancomunada, pero por lo regular los oficios de
comisión se nos entregaban con muy poco tiempo para trasladarnos —por nuestros
propios medios, además— a los lugares donde debían celebrarse las asambleas; y
sí, en cambio, los comisionados de la parte institucional lo hacían utilizando los
vehículos propiedad de la Sección. Aun así, pudimos cumplir algunas veces con la
comisión asignada, hasta que llegó la conclusión de las actividades del año escolar,
133
cuando entramos en una especie de letargo. Fue hasta el inicio del nuevo ciclo
escolar cuando el Movimiento recobró bríos.
En vista de que no habían cesado los actos autoritarios contra los democráticos por
la parte oficial, aplicados principalmente en la región de Jerez y la región sureste,
como resultado del acuerdo tomado en la Asamblea Estatal Extraordinaria del
MDMZ celebrada en la ciudad de Zacatecas el 15 de septiembre de 1989, con fecha
18 del mismo mes y año, se hizo llegar al ingeniero Juan Manuel Cantú Vásquez,
Director General de los Servicios Coordinados de Educación Pública, el oficio con
demandas en virtud de la actitud de persecución asumida por funcionarios de la
dependencia a su cargo, quienes con falta de ética profesional y de responsabilidad
como servidores públicos “han involucrado de manera evidente su función oficial en
cuestiones político sindicales…”. Las demandas concretas fueron:
I. La destitución inmediata del Director Federal de Educación en el estado,
profesor Eduardo Nungaray Rico; del Subdirector General de Educación
Básica, profesor Manuel Mathar Montañez y del Jefe del Departamento
de Escuelas Secundarias Generales, profesor Humberto Morelos
Mendoza.
II. Remoción de los Jefes de Sector de: Jerez, profesor Aurelio Carrillo
Campos; Loreto, profesor J. Jesús Hernández Candelas; y profra.
Manuela Eugenia Díaz Márquez (Preescolar, Loreto).
III. Remoción de los Inspectores: profesor Jorge Enrique Miranda Guerrero,
profesor Leobardo Martínez Gallegos, profesor Vicente Flores Galarza,
profesora Berenice Gaytán Hernández, profesor Ignacio Dávila Torres y
profesor Alfredo Chávez Silva.
Desde luego, como no hubo respuesta inmediata —algo que se esperaba—, se votó
el acuerdo de “tomar” el nuevo edificio sindical, es decir, “El Bunker”. Lo lamentable
de esta acción es que, contraviniendo la disposición de realizarla tranquilamente y
con prudencia, se hizo de modo violento, al grado de que algunos exaltados
maestros democráticos irrumpieron gritando y golpeando a puntapiés las puertas.
Por Genaro Ruíz Flores Dueñas.