MOVIMIENTO DEMOCRATICO DEL MAGISTERIO ZACATECANO ( MDMZ) Parte 10 de 11
Por Genaro Ruiz Flores Duenas.
“DE NOCHISTLAN, ZACATECAS A LOS ANGELES, CALIFORNIA” Cronica de una familia transnacional de tres generaciones.
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Sí, pero de acuerdo con la igualdad persona-unidad, unidad-persona, sin grupos
hegemónicos que impongan su voluntad. Así se evitan las formas determinatorias
de gobierno autocrático y se elimina la posibilidad de que existan grupos elitistas
que propicien la oligarquía, porque en ambos casos las voluntades mayoritarias no
son tomadas en cuenta. En el MDMZ todos sus elementos son igualmente
importantes: el valor individual de cada integrante es básico para el conglomerado.
¿SIGNIFICA ESO QUE EN EL MDMZ NO HAY ESTRUCTURA DE GOBIERNO?
No. Las mayorías nombran a sus dirigentes, porque debe haber en toda actividad
social un rumbo preciso y quién vaya al frente (cuando se carece de esto, hay
anarquía). Sólo que en el caso del MDMZ sus dirigentes pueden ser cuestionados
por las bases acerca de sus acciones como dirigentes y en nombre del Movimiento,
por lo que, dado el caso, pueden esas mayorías razonada y justificadamente
removerlos de su cargo.
¿ASPIRAN LOS INTEGRANTES DEL MDMZ AL PODER?
Al poder por el poder mismo ¡no! Se aspira a puestos de dirección donde sea posible
hacer valer la voluntad mayoritaria de las bases, donde el dirigente sea un intérprete
real de las inquietudes de sus compañeros de clase, no un “iluminado” que
determine autocráticamente.
Retomando el tema del citado Primer Congreso Nacional Democrático, al cual
asistimos a la ciudad de México, podemos destacar que el domingo 30 de
septiembre de 1990, entre las 19:30 y 22 horas, se discutió el punto central del
mismo, consistente en la elaboración del Pliego Petitorio Nacional que
concretamente incluía demandas económicas, laborales, sociales, profesionales y
político-sindicales. Se estableció, asimismo, los ejes centrales para la movilización
nacional: Aumento salarial de emergencia para el Personal Administrativo, Técnico
y Profesional y Homologados. Democracia Sindical. Defensa de la Educación
Pública. Contra la Ley del Servicio Civil de Carrera. Más y mejores prestaciones
económicas y sociales del ISSSTE. Mejores prestaciones y salario digno para los
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jubilados. Contra la represión administrativa. Respeto a la autonomía sindical.
Libertad incondicional a los presos políticos del país. Por la Defensa de los derechos
humanos. Por la Defensa de los derechos de las comunidades indígenas.
Tiempo después, como consecuencia del Pliego Petitorio Nacional, se llevaron a
cabo, en diversos estados, actividades de apoyo al Documento Nacional, en las que
oportuna e invariablemente, y dentro de nuestras posibilidades, participó el MDMZ.
Aunque cabe decirlo: estos ejercicios fueron volviéndose algo rutinarios y no tenían
el impacto, la contundencia, ni la motivación de los realizados en 1989. Aun así, el
27 de noviembre de 1990, así como el 16, 17 y los 3 últimos días de enero de 1991,
se participó, con bastante aceptación a su convocatoria, en los paros nacionales
emplazados para esas fechas.
Como describíamos las acciones de los líderes nacionales del SNTE en un principio,
que al estar entronizados, no varían mucho en las manifestaciones de su
megalomanía, encontramos que Elba Esther Gordillo Morales, a pesar de las
proclamas que hizo públicas al principio de “su mandato”, no podía ser la excepción.
Así lo demuestra el hecho de que, exhibiendo un insultante derroche de recursos y
un ostentoso despliegue de control del gremio, llevó a cabo en el Hotel Presidente
de la ciudad de México, del 2 al 6 de septiembre de 1991, el Encuentro Nacional
Sindicalismo y Democracia. Convocó para ello a centrales y organizaciones
sindicales nacionales de diversos países, organizaciones sindicales internacionales
y organizaciones internacionales de educadores. Además, académicos y
especialistas en la materia, e invitados especiales de organismos internacionales.
Habiendo sido invitados 21 países de América, 20 de Europa, 7 de Asia y 4 de
África, se abordaron los temas: 1. Sindicalismo Europeo. 2. Sindicalismo,
democracia y tecnología. 3. Nuevos sistemas de organización sindical y
productividad económica. 4. Las internacionales sindicales en el proceso de cambio.
5.- Sindicalismo y Democracia en el Continente Americano. Y 6. El SNTE y el
sindicalismo en México.
Sin entrar en más detalles, quiero referirme a un hecho histórico que ocurrió
precisamente el 2 de septiembre, cuando hizo uso de la tribuna Vladimir Kuzmenok,
Vicepresidente de la Confederación General de Sindicatos de la URSS, quien
hablando en representación de 120 millones de afiliados de su Central, expresó que,
en su opinión personal y sintetizando la situación de su país, éste había iniciado el
camino hacia el capitalismo. Y fue precisamente durante su intervención cuando le
hicieron llegar una nota cuyo contenido hizo saber al auditorio: le comunicaban, dijo,
que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas había dejado de existir (Aun
cuando la fecha oficial que consigna la disolución de la URSS es el 26 de diciembre
de 1991). Una noticia que a todos nos impactó y que consigno sólo como anécdota
sobresaliente.
Nos encontrábamos ya en los últimos meses de 1991, cuando la gestión sindical
del comité encabezado por Ovidio Aguilar García llegaría a su final. Fue
precisamente en este tiempo cuando estuvo en Zacatecas como delegado del
Comité Ejecutivo Nacional del SNTE el profesor Manuel Lares del Toro, Secretario
de Trabajo y Conflictos de Niveles Especiales del CEN del SNTE, con quien
cultivamos muy buena relación por su tacto político y buen trato hacia los
“democráticos”. Ante nuestras inquietudes relacionadas con la realización del XV
Congreso Extraordinario, fue precisamente él quien hizo las gestiones oficiales
necesarias para que una comisión de “Los 17” nos trasladáramos a la ciudad de
México, a entrevistarnos con Elba Esther Gordillo para tratar asuntos relacionados
con la elección del nuevo comité ejecutivo seccional.
Fue entonces con ese fin que integramos la Comisión, compuesta por los
compañeros Armando Cruz Palomino, Francisco G. Gómez Puc, Juan Torres
Gómez y quien esto escribe. Encontrándonos ya en la ciudad de México, después
de dos o tres días (no lo recuerdo con exactitud) que nos tuvieron “acuartelados” en
un hotel de mediana calidad en el centro de la ciudad (me parece que el Hotel
Antillas) esperando que se nos diera audiencia, cuando menos lo esperábamos
fueron por nosotros al hotel y a bordo de una vagoneta combi nos llevaron a un
restaurant-café sito en Polanco.
Nuestra plática se realizó en un ambiente de cordialidad y “la Maestra” prometió,
conforme supo de nuestras inquietudes y dudas, que el Congreso Seccional se
realizaría respetando las disposiciones estatutarias, en especial, lo relacionado con
la publicación de la convocatoria respectiva y la realización de alianzas para el
nombramiento de delegados. A quien quiso hacer uso de la palabra le contestó
amablemente. Sólo a mí me respondió molesta cuando le señalé que no queríamos
más la práctica del corporativismo en el voto, cuya aplicación era muy común en
nuestras asambleas sindicales de todos los niveles, lo cual negó airadamente… No
volvió a concederme la palabra.
Regresamos, pues, llenos de optimismo, y a partir de entonces nos dedicamos a
hacer recorridos por todo el estado en busca, desde luego, de adhesiones a nuestra
causa; tarea en la cual contamos con el valioso concurso del delegado Lares del
Toro y un grupo de profesores de Jalisco, su estado natal, que con mucha habilidad
y buena disposición nos acompañaron en nuestros recorridos, participando siempre
a nuestro favor. Esto nos facilitó mucho las cosas, tomando en cuenta que, como
siempre, nuestra falta de recursos nos ponía en desventaja. Pero se hizo un trabajo
tan efectivo, que logramos tener en imaginaria, conforme a la respuesta de los
maestros que visitamos, que nuestras posibilidades de votos estaban en proporción
de dos a uno a nuestro favor. Es decir, parecía que sería posible revertir el resultado
del referendum de mayo de 1989.
Todo indicaba que la consecución de nuestras expectativas iba por buen rumbo;
inclusive el Secretario General de la Sección —seguramente más por indicaciones
superiores que motu proprio— publicó un desplegado, único en su género, que,
signado por el delegado del CEN del SNTE y todo el Comité Ejecutivo Seccional,
los democráticos incluidos, anunciaba de manera optimista a los trabajadores de la
educación de la Sección 34 y a la opinión pública, el contexto y compromiso para la
realización del XV Congreso Seccional Extraordinario. Creo que podemos rescatar
algo del documento:
En la Sección 34 del SNTE, de Zacatecas, un período de inestabilidad intrasindical
antecedió a esta etapa de intento de convivencia plural que iniciamos en 1989, y
que ahora impulsamos en la práctica hasta que la democracia encuentre su
realización concreta.
Por Genaro Ruíz Flores Dueñas